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Cartel del III Festial Folklórico de los Pirineos 1965

HISTORIA: El Festival de toda una vida

Una nueva edición del Festival Folklórico de los Pirineos llega con toda la fuerza y prestigio acumulados durante más de medio siglo.

El certamen más antiguo de España y uno de los más reconocidos en el mundo se reinventa cada año para sorprender sin renunciar a su filosofía, para cautivar de la misma manera que lo viene haciendo desde 1963.

En aquella lejana primera edición participaron 400 músicos y danzantes de ambos lados del Pirineo (Yebra de Basa, San Sebastián, Bearn…) Ahora serán más de un millar los que se reúnan en Jaca para renovar el compromiso con la globalidad.

Cuando el Festival se celebró por primera vez en nuestra ciudad, fruto de un acuerdo de colaboración en el seno del hermanamiento –jumelage-, con la ciudad de Oloron Sainte Marie, en el Bearn francés, España era otro país y los españoles otra sociedad que intentaba desprenderse a duras penas de la pesada losa del aislamiento.

El “Spain is different” no era tan sólo un eficaz eslogan publicitario, sino también un anhelo de apertura al mundo para que el aire entrara por unas ventanas que permanecían cerradas a cal y canto.

Contaba el escritor zaragozano Ignacio Martínez de Pisón que en aquellos años la ciudad más cosmopolita de Aragón era la Jaca de los veranos de Festival y Universidad para estudiantes extranjeros. Hubo otro afortunado slogan publicitario que condensó aquellos efluvios de libertad: “Yo también iré a Jaca”. Los vecinos franceses cruzaban el Somport subidos en sus majestuosos “Tiburones” y los jaqueses se veían transportados súbitamente a otro mundo y a otra realidad ignota y maravillosa: con su lado fetiche, simbolizado en los zancudos de Las Landas, o en su vertiente más sensual, representado en aquellas admiradas “majorettes”.

Fue en 1963 cuando el Festival se celebró por primera vez en nuestra ciudad

En aquella lejana primera edición participaron 400 músicos y danzantes de ambos lados del Pirineo (Yebra de Basa, San Sebastián, Béarn…)

El Festival Folklórico de los Pirineos trajo otras culturas a Jaca para constatar aquella idea de la “aldea global”.

Festival Folklórico de los Pirineos 1973: Hawai. Foto: Archivo municipal

56 años y 50 ediciones después de aquella explosión multirracial Jaca volverá a albergar su Festival Folklórico. El mundo ha cambiado mucho desde 1963 y lo que antes nos resultaba exótico ahora forma parte de nuestro paisaje. El fenómeno de la inmigración y la multiculturalidad ha permitido romper barreras físicas y a veces también mentales, y las nuevas tecnologías nos han facilitado vías de expresión y conocimiento de caudal ilimitado. Pero ninguna realidad virtual puede suplantar la atmósfera de las calles de Jaca durante el Festival.

Cada dos años se lograba la cuadratura del círculo e incrementar también la leyenda de un evento multitudinario que sin duda fue un lejano precedente de los grandes festivales de masas que se instalaron por todo el país a partir de los años 90. En cuatro décadas Oloron y Jaca recibieron a cientos y cientos de grupos procedentes de casi todos los países que existen o existieron. Desde el año 2009 Jaca asume en solitario la organización del festival, y mantiene su carácter bienal a la espera de que su ciudad hermana al otro lado de los Pirineos recupere su cita en los años pares.

En ese espacio de vida, libertad y hermandad, el Festival Folklórico de los Pirineos se convirtió en el gran escaparate universal en el que las culturas de cada país se muestran en plenitud, tal y como son, sin prejuicios y, sobre todo, sin ánimo competitivo.

Más de cincuenta años de música, danzas y miles de anécdotas, de imprevistos siempre resueltos y problemas relativizados con el paso del tiempo. Un festival que requiere la implicación de toda la ciudad y los esfuerzos voluntarios de cientos de personas. Un derroche de energía que se da por bien empleado cada domingo de clausura cuando todos los grupos recorren la calle Mayor –la calle Mayor del mundo, como se la denominó en los años setenta- en un desfile que se conserva en la retina hasta el año siguiente.

 

¿Este año toca festival? Este año toca.