El Festival Folklórico de los Pirineos abrió ayer su 51 edición, la más especial y compleja, con un espectáculo en el Parque de San Lure que contó con la presencia de grupos locales y sabor pirenaico, pero también con saludos y deseos de reencuentro venidos de todos los rincones del mundo.
El espectáculo que había colgado el cartel de “completo” a principios de esta semana, contó con un aforo de 350 personas y se desarrolló siguiendo todo el protocolo anticovid, con distancia de seguridad, desinfección y control en las entradas y salidas y, también, de asistentes.
Y es que el recuerdo estuvo muy presente en una velada que, como el Festival que estamos celebrando, volvió la vista a sus orígenes y a la esencia de un evento que lleva celebrándose en Jaca, los años impares, desde 1963. Entre los grupos participantes, el Joven Ballet del Pirineo, el Corro de Bailes de San Juan, el Grupo de Jota “Uruel” y el Orfeón Jacetano que estuvieron acompañados, desde la distancia por agrupaciones que nos han visitado en anteriores ocasiones y que enviaron sus saludos y deseos de un próximo reencuentro desde Guatemala, Sevilla, Alemania, Chile, Irán Italia, Tanzania y Méjico.
El Festival del “Volver a empezar”, también para algunos de los grupos que han visto sus actuaciones y ensayos interrumpidos durante la pandemia, inició su espectáculo con el Joven Ballet del Pirineo que nos llevó en un viaje por el ciclo de la vida, por los cambios que nos obligan a recorrer caminos inexplorados, a través de una alegoría con los cuatro elementos, aire, tierra, agua y fuego.
A continuación llegó el momento del folklore pirenaico de la mano del “Corro de Bailes de San Juan de Plan”, un grupo folklórico que ha realizado un excepcional trabajo de recuperación de la música, trajes y dances del Valle de Gistaín y que ya visitó el Festival hace más de cuarenta años. Sus integrantes ofrecieron varias danzas chistabinas, que se han mantenido, con mucho esfuerzo, pero de manera muy viva: la “Balsurriana de las Flors”, el “Cadril”, el “Baile de la Rosca” o el “Cascabillo”, arrancaron las palmas del público y trajeron, de nuevo, el calor del folklore a Jaca.
El Grupo de Jota Uruel fue el siguiente en ocupar el escenario de la Plaza San Lure, entonando la versión aragonesa del “Aqueras montañas”, más que nunca puente y no obstáculo, uniendo valles y gentes a través del folklore. Siguieron con la danza, ejecutando la “Jota Chesa” y “lo Molinero”, y finalizando con una despedida vibrante.
Llegó el momento de reconocimientos, mirando en primer lugar a todos los países que con su música y su cultura han alimentado durante casi seis décadas este Festival, el más antiguo de España y uno de los más reconocidos en el mundo. Seguidamente, fueron voluntarios en representación de todas las comisiones —auténticos protagonistas y “hacedores” de esta y todas las ediciones— quienes se sumaron a los componentes del Joven Ballet del Pirineo par representar la imagen del Festival diseñada por Fabri.
Tomó la palabra en ese momento el alcalde de Jaca, Juan Manuel Ramón, que quiso mirar —en primer lugar— a la 50 edición que celebramos hace dos años; un Festival espectacular en todos los aspectos, que celebramos en la calle y que nos deja un recuerdo imborrable. Por ello mismo, porque “… el Festival forma parte del ADN de la ciudad, sentimos que debíamos hacer lo posible para que no se interrumpiera y que la esencia del Festival, que no es otra que la felicidad compartida, volviera a Jaca como esperanza. Porque tras cada época oscura, siempre hay una salida”. Agradeció también el apoyo de todos, voluntarios, trabajadores municipales, empresarios y asociaciones que “han colaborado para sacar adelante este Festival” así como la labor de la concejal delegada del Festival, Olvido Moratinos, que ha trabajado enormemente para que se pudiera llevar a cabo”.
El broche final, como no podía ser de otra manera, lo puso el Himno del Festival, cantado por el Orfeón Jacetano, a capella y sin acompañamiento musical a causa de las restricciones sanitarias, que nos regaló una versión íntima, que quedará grabada para siempre en la memoria de todos los asistentes a la velada.
Siguen las actividades del Festival
La jornada de este jueves ha continuado con el folklore como protagonista con las actividades infantiles de “A los niños nos gusta el Festival”, que desde las 11h ha acercado la música, danza y culturas pirenaicas a los más jóvenes y la Visita teatralizada “Toda una vida con el Festival “que tendrá lugar esta tarde a partir de las 19h (entradas en www.festivaljaca.es/entradas ). Las “Noches del Festival” nos traerán hoy la música de la Banda Santa Orosia de Jaca que, en la plaza San Lure a partir de las 22h, ofrecerá un concierto con música y ritmos de principios del XX, ragtime y foxtrot. La entrada, gratuita, es con invitación a recoger en el Palacio de Congresos u online (www.festivaljaca.es/entradas ).
Mañana llegará el momento de los luthiers que, desde las 18:30h, se suman a las propuestas del Festival Folklórico con el arte de crear y recuperar instrumentos musicales. Maestros que realizan su trabajo artesanal con extremo mimo y amor por el oficio, y que son también investigadores y guardianes de sus orígenes y evolución.
La “Feria de Luthiers” con creadores de instrumentos venidos de todo el territorio nacional —representantes del País Vasco, Navarra, Cataluña, Castilla-La Mancha o Aragón, entre otras— tendrá lugar en la plaza Biscós del 30 de julio al 1 de agosto para mostrarnos el proceso de elaboración, orígenes y peculiaridades de gaitas de boto, dulzainas, vihuelas, guitarras, laudes o percusión, entre otros muchos, que podremos descubrir durante el fin de semana del Festival.
Más información en https://www.festivaljaca.es/los-luthiers-traen-al-festival-el-origen-de-los-instrumentos/
