GRUPOS PARTICIPANTES

«Soweto Thabisong Dance Company» Sudáfrica

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Tras cruzar un pequeño sendero que sube entre las plantas carnosas del « fynbos », la vegetación de repente se abre sobre un mito : el Cabo de Buena Esperanza. A mano derecha, el Océano Índico espuma, mientras a babor se estrella una marejada atlántica lastrada de algas migratorias. Al norte de esta punta, se extiende la inmensidad de un país continente de la cual se apoderarán los Holandeses el 16 de abril de 1652.

Descubrieron paisajes suntuosos donde crecen eucaliptos que bañan en el aire cristalino de la primavera austral. Sobre miles de kilómetros, los paisajes no pararán de cambiar : huertos de agrios, viñedos opulentos, y detrás de las cercas que delimitan la estepa, ovejas comparten a veces su cercado con un rebaño de gacelas. En primavera, las colinas pedregosas que rodean Springbok se cubren con extraordinarios tapetes de margaridas, cuyos fastos hacen pensar en la caída de un arco iris en la tierra.

En la colinas verdes del Natal septentrional, a menudo cubiertas por brumas, la vida de los pueblos zulú, amontonados en sus recintos, gira en torno a las cabañas redondas, hechas de hierbas delicadamente trenzadas en un suelo de bosta seca. Los Zulú conocieron una increíble epopeya. Cada año en la costa del Natal, un agrupamiento celebra, el « Shaka Day », en honor del rey Zulú Shaka que creó un imperio.  La etnia Zulú es la más apegada a su identidad cultural. Pero no pudo escapar a la influencia de los Afrikáner que terminaron con su leyenda haciéndoles abandonar sus tierras de origen.

El conjunto folklórico « Soweto Thabisong Dance Company » viene de Soweto, el mayor ghetto negro de África y de un centro cultural ubicado en el centro de esa inmensa ciudad. Para nuestros amigos Zulú, el progreso social pasa por dos objetivos : el deporte y los estudios. Respecto a este último punto, los diplomas son la seguridad de un gran porvenir. Este grupo simboliza la voluntad feroz de los jóvenes negros de escapar a la miseria. Eso es por lo qué nuestros amigos construyeron de sus propias manos una escuela moderna en la cual se forman los futuros ejecutivos del pueblo zulú. Ahí fue donde adquirieron un conocimiento profundo de su pasado, recogieron cantos tradicionales, reunieron coros y aprendieron las danzas de sus antepasados.

Para concluir, diremos que en este país, el tiempo nunca está lejos de la epopeya mítica con la cual sueñan los Zulús. Les gusta definirse así : « Cuando los Blancos llegaron a Sudáfrica, los Negros tenían la tierra, los Blancos la Biblia. Los Blancos dijeron a los Negros : « Cierren los ojos, oremos juntos ». Cuando los Negros abrieron los ojos, tenían la Biblia y los Blancos la tierra ».

La voluntad de los Zulú es de recobrar su cultura y de buscar su identidad más allá de las antiguas fronteras tribales. No cabe duda que lo consigan en el nuevo despertar de un mundo que nace.