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Los voluntarios: todo un trabajo de coordinación

Los voluntarios: todo un trabajo de coordinación

El voluntariado del Festival se rejuvenece

Santiago Tomás lleva desde 1971 participando en el festival. Sus primeras experiencias las vivió como miembro de los danzantes de Santa Orosia. Tras pasar por Cruz Roja y la comisión de artístico, ahora es el responsable de la comisión de  movilidad. Su tarea es más que importante. Dar la bienvenida y hacer que lleguen todos los grupos del Festival, sanos y salvos a su destino. Su misión consiste en coordinar los desplazamientos de los grupos durante los días del festival: a los escenarios, a los pasacalles, al Palacio de Congresos, etcétera. Recogerlos o llevarlos a otras ciudades al comienzo y al final del certamen.

Es una labor imprescindible, especialmente en estos días lluviosos que hemos pasado. La experiencia de Tomás, como la de otros voluntarios veteranos, también se nota y es más que un grado. Santiago Tomás hace hincapié en la coordinación del trabajo entre todos para que todo salga bien. “Este año hemos recuperado la identidad del festival y eso se nota: estamos todos más contentos y va saliendo todo sobre ruedas aunque con mucho esfuerzo”, agrega Tomás. “Vivir el festival por dentro es llevarse toda una experiencia, en directo, del hermanamiento cultural y humano, que es única y merece la pena”, manifiesta Santiago Tomás.

Con Victorino López Gutiérrez, que comenzó a trabajar en la organización del festival en 1999, coinciden en señalar que en esta edición están “un poco más desengrasados”, dicen coloquialmente, en broma, porque se nota que han tardado cuatro años en volver a trabajar en las labores del Festival. “El ambiente en la organización es muy bueno, se vive un gran compañerismo y se practica la solidaridad, cuando surge algún roce se soluciona sin problemas y todo continúa hacia adelante”, nos cuenta Victorino López, quien señala: “Lo de 2013 no fue un festival, fue otra cosa que no tenía nada que ver. Estamos más que contentos de haber vuelto a encontrarnos con lo que queríamos, con nuestro festival”.

Victorino, encargado de la sección de voluntarios, se mueve por toda Jaca con los coches del festival en un “sinparar” de un lado a otro. Victorino López está acostumbrado a que desde las otras comisiones le pidan ayuda: necesitamos un voluntario para esto, necesitamos un voluntario para lo otro. Y Victorino lo organiza todo rápidamente para que todo quede cubierto. Con buen humor, es uno de los que más trabaja y de los más respetados. La media de edad de los voluntarios ha bajado, el voluntariado del Festival se ha rejuvenecido, coinciden en señalar tanto Santi Tomás como Victorino López: “Se ha creado una brecha entre 30 y 40 años en la que no hay casi nadie pero la media de edad se ha rejuvenecido, ahora hay mucha más gente joven, y más jóvenes que antes, hay muchos chavales y chavalas con verdadera ilusión dando el callo. Y luego estamos los ya un poco más mayorcitos…”, dicen entre risas.

Carlos Viera y Victorino López son parte de la comisión de voluntarios, la más reciente, que se creó en el año 2001. “Nosotros nos adaptamos a lo que necesiten otras comisiones y coordinamos a los chicos y chicas para ayudar donde haga falta”, explica Victorino.

Para Carlos Viera, es su quinto festival formando parte de la organización: “Vamos acudiendo donde nos necesitan para que todo salga como lo ve el público”. Es, por tanto, un trabajo que requiere de una gran capacidad de improvisación, trabajo en equipo y compromiso por parte de todos. Ambos invitan a que todo el mundo, a cualquier edad, pruebe a vivir el festival desde dentro. Carlos Viera recorre todos los rincones del festival, cámara en ristre y no se le escapa ni un solo detalle que llevar a la imagen…

El compromiso de los jóvenes

Una de las mejores cosas de este festival es la voluntad de muchos jaqueses y jaquesas, jóvenes y adultos, por colaborar para que todo se desarrolle con normalidad. Desde los 14 años los chicos y chicas pueden participar como azafatas en las mesas informativas y desde los 16 como voluntarios. La ilusión de los veteranos se transmite a quienes se van incorporando desde pequeños y siempre entran con muchas ganas de ayudar y hacer cosas. “Ya hemos conocido a mucha gente y hemos practicado idiomas”, decía el primer día la joven voluntaria María Cortés.

Todos cuentan su experiencia con ilusión, felices de que el festival sea siempre un éxito y de poder formar parte de ello. El esfuerzo de todas estas personas es crucial para que el Festival Folklórico de los Pirineos sea lo que es y continúe funcionando año tras año.

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