El tiempo ha vuelto a permitir la actuación multitudinaria de los grupos folclóricos en las calles de Jaca. Ello ha provocado la última novedad de esta edición cuadragésimo octava (48ª) del Festival: la danza de los móviles.
Cuando ya vas escuchando, a lo lejos, el son y las músicas del folclore popular que te llama a conocer lo desconocido y que llena las históricas calles del casco urbano de Jaca, conforme te vas acercando observas a todo un grupo de personas con las manos en alto, moviéndose lentamente, formando un corro y alzándolas sobre el exótico grupo que muestra su arte: su música, su ritmo, su cultura en plena calle. Cuando ya te acercas más, ves cómo los danzantes del móvil enfocan, concentrados, unos serios otros sonrientes, con cara de virguería, el artilugio que sujetan con los dedos hacia los bailarines, músicos y cantantes del grupo que actúa. Se acaban de inventar la nueva danza del móvil, con el copyright para el Festival Folclórico de los Pirineos. Hoy, sin lluvia, el festival bullía entre la muchedumbre que se aglomera en las plazas y céntricas calles peatonales de Jaca que, con el festival, da la razón a su denominación de capital turística del Pirineo aragonés.
El Festival da una proyección cultural, social y turística a Jaca que se convierte en inigualable y que suma un valor añadido más de incalculable valor, que resulta impagable, para atesorar en su ya rico patrimonio histórico, monumental, natural y humano.
El ambiente del Festival está servido y el espectáculo está en la calle. ¿Hay quién dé más?…
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